TRANSFORMACIÓN
La mañana siguiente a la grandiosa boda de su hermana, Pablo Patiño despertó y al sobarse los ojos sintió los gruesos pelos de sus falanges convertidas en pezuñas. Entonces se levantó súbitamente de la hamaca, se sintió más pesado que de costumbre y notó que estaba parado en cuatro patas. Cuando vio su cuerpo en el gran espejo de la sala, no pudo contenerse y lanzó un grito ensordecedor que despertó a todos en la casa. Se había convertido en asno.
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