Se trata de un compuesto artificial -indistinguible de la sangre normal- que se obtiene a partir de las células madre que poseen los cordones umbilicales humanos desechados durante los partos. Esta sangre artificial podría terminar para siempre con el problema de la escasez de donantes de sangre en zonas de guerra y las dificultades que existen para transportarla a sitios remotos e inaccesibles.
En realidad, y a pesar de que durante una batalla lo que sobra es sangre derramada, lo cierto es que proveer a los hospitales de campaña con la suficiente cantidad de unidades de sangre fresca lista para ser transfundida a los soldados heridos es un verdadero problema. Se necesitan grandes cantidades de fluido, conservado convenientemente, y debe estar a disposición de los médicos en sitios que normalmente se encuentran en el otro lado del planeta. Históricamente, estos miles de litros de sangre provienen de donantes humanos, pero como es lógico, no se trata de una fuente inagotable ni mucho menos. El desarrollo de esta sangre artificial tiene como objetivo poner fin a semejante problema.
El mecanismo utilizado para su producción se llama “pharming” y es el mismo que utilizan las compañías farmacéuticas o empresas del sector para crear sustancias médicamente útiles en enormes cantidades. Básicamente, se toman las células madre existentes en el cordón y se las convierte en grandes cantidades de glóbulos rojos. Según informan los responsables del proyecto, el proceso permite que las células de un solo cordón umbilical produzcan unas 20 unidades de sangre, cantidad que podría salvar la vida de tres o cuatro soldados heridos en el campo de batalla.
Actualmente se han comenzado a producir los primeros cientos de litros de sangre artificial. DARPA ha subcontratado a una empresa llamada Ohio Arteriocyte para esta tarea, la misma a la que le proporcionó en el año 2008 un presupuesto de unos 2 millones dólares para que pusiese a punto el proceso necesario para producir grandes cantidades de sangre artificial.
Las primeras muestras de sangre O negativo ya han sido enviadas a la Food and Drug Administration (FDA) para su aprobación, y el responsable de la empresa, Don Brown, ha dicho que “el sistema funciona perfectamente, pero que deben construirse las instalaciones necesarias para que la producción pueda alcanzar el volumen que requiere el Pentágono para cubrir sus necesidades.” Si todo sale como se espera, en 2013 o 2014 podrían comenzar a abastecer al Pentágono de tan importante suministro.
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